La última tendencia en belleza llega directo desde Corea y se trata de lavarse la cara con agua con gas.
Y es que, a diferencia del agua mineral natural, el agua con gas, al contener burbujas, permite dilatar los vasos sanguíneos de manera que aumenta la circulación y el flujo que, por consecuente, conlleva una mejor oxigenación de la piel.
Además, la acción efervescente de sus burbujas provoca una limpieza en mayor profundidad, pues genera una exfoliación suave que acaba eliminando pequeñas marcas e imperfecciones de la piel.
Otros beneficios del agua carbonatada:
-Controla la grasa: El agua con gas contiene una propiedad sebo reguladora, de modo que es más fácil limpiar el exceso de sebo presente en la dermis.
-Reafirma el cutis: Ello, pues favorece la estimulación de calcio y colágeno que mantienen la elasticidad de la piel.
-Hidrata: El agua carbonatada no contiene cal, por lo que hidrata de manera mucho más pura.
¿Cómo aplicarla en tu rostro?
Puedes usar dos métodos:
1. Aplicar el agua con gas en tu piel con un algodón humedecido.
2. Aplicarla directamente en tu piel llenando un bol o recipiente con el producto y sumergiendo tu rostro. (Esta es la manera más extendida)
Eso sí, ten cuidado y no confundas el agua con gas con alguna bebida como la gaseosa.