- Por MJ
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Cuando las mujeres se vuelven mamás muchas veces entienden tantas cosas acerca de sus propias madres. Justamente eso le está pasando a la tenista Serena Williams, quien se convirtió en mamá hace menos de un mes y a raíz de esto le escribió una emotiva carta a su progenitora.
En el escrito, la deportista destaca la profunda admiración que sentía por ella y además habló de la discriminación que tuvo que enfrentar cuando todos le decían que su cuerpo era como el de un hombre y que no era parte de los cánones femeninos.
«Mamá, no estoy segura cómo no explotaste contra cada periodista, persona, presentador y, sencillamente, cualquier ignorante que no entendiera la fuerza de una mujer negra. Me enorgullece que hayamos podido mostrarles cómo lucen algunas mujeres. Que no todas somos iguales», escribió la ex número uno del tenis femenino.
Puedes leer el texto completo acá:
«Querida mamá,
Eres una de las mujeres más fuerte que conozco. Estaba mirando a mi hija (OMG, sí, tengo una hija) y tiene mis brazos y mis piernas! El mismo cuerpo y los mismos brazos fuertes, musculosos, poderosos y sensacionales. No sé cómo reaccionaría si ella tuviera que pasar por lo mismo que yo desde que tenía quince años incluso hasta el día de hoy.
Me han llamado hombre porque parecía físicamente fuerte. Se ha dicho que uso drogas (No, siempre he tenido demasiada integridad como para comportarme deshonrosamente con el objetivo de sacar ventaja). Se ha dicho que no formo parte del deporte femenino – que sí lo hago del masculino – porque parezco más fuerte que la mayoría de las mujeres. (No, simplemente trabajo duro y nací con este tremendo cuerpo y estoy orgullosa de él).
Pero mamá, no sé muy bien cómo no te tiraste al cuello de cada uno de los reporteros, personas, presentadores y sinceramente, «hater» («odiador») que era demasiado ignorante para entender el poder de una mujer de raza negra.
Me enorgullece que hayamos sido capaces de mostrarles cómo lucen algunas mujeres. No todas lucimos igual. Somos voluptuosas, fuertes, musculosas, altas, bajas, solo por nombrar algunas cualidades, y todas somos igual: somos mujeres y orgullosas de serlo.
Tienes tanta clase que solo desearía poder seguir tu ejemplo. De todas maneras lo estoy intentando y Dios todavía no ha acabado conmigo. Tengo un LARGO camino que recorrer, pero gracias.
Gracias por ser el modelo a seguir que necesitaba para superas todas las adversidades que ahora recuerdo como desafíos, los cuales disfruto. Espero enseñar lo mismo a mi bebé Alexis Olympia y tener la misma fortaleza que tú has tenido.
Prométeme, mamá, que seguirás ayudándome. Todavía no sé si soy tan humilde y fuerte como tú. Espero llegar a ese punto algún día. Te amo profundamente.
La más joven de tus cinco,
Serena».