La semana se dio a conocer la triste noticia de que Edith González, icónica actriz mexicana, falleció a los 54 años debido a un cáncer de ovarios.
La intérprete de recordadas teleseries como «Salomé», «Corazón Salvaje»y «Doña Bárbara» se enteró de su enfermedad hace tres años y las primeras personas a las que dio aviso de su diagnóstico fueron su esposo Lorenzo y su hija Constanza.
Al enterarse de la noticia, la niña decidió dormir a los pies de su madre para no dejarla sola en ningún momento. Y es que la relación entre ambas era muy especial, pues Constanza cambió los planes de Edith luego de que esta quedara embarazada a los 40 años, cuando creía que ya no sería madre.
Con motivo de su cumpleaños número 13, la actriz le escribió una conmovedora carta a su hija, la cual compartió en Instagram .Hoy esta carta sirve como una especie de despedida, ahora que no está.
La carta de Edith a su hija
«Un día anunciaste tu llegada, dominando mi cuerpo, transformándolo. Sin falsos sentimentalismos sentí tu crecimiento. Tu llegada fue fuerte, delicada, esperada, hermosa. Al surgir de mi vientre me hiciste entrañable, me hiciste madre. Y yo pude sostener en mis brazos a un ser que, sin sospechar las profundidades de la maternidad, ingenuamente pensé podría moldear», parte diciendo.»»
«Poco a poco me has enseñado que los padres no podemos más que aspirar a ser guía, en el mar inmenso que es la vida. Este mar que amas y del cual te ha tocado surfear grandes olas y de cada reto sales con gracia e inteligencia», agregó.
«No amor, la vida no es fácil, más es cabronamente hermosa. Tú tienes un corazón muy determinado, una inteligencia aguda y un espíritu generoso. Estoy tan llena de ti, tan orgullosa de ti, de verte valiente construyendo una identidad amorosa, alegre, fuerte y comprometida», continuó su relato.
«Constanza, mi Constanza mi niña, mi ternura, mi cielo, mi corazón, mi todo y sin embargo eres tuya; tanto como cuando decides trepar una ola y hacerla tuya, dominar el horizonte, retar la energía del agua y realizar tus anhelos», continuó.
Finalmente Edith cerró su carta diciéndole a su hija: «eres una niña hermosa, sólo puedo decir gracias por permitirme ser tu madre, velar tu sueño y ver en ti el milagro de la vida. Constanza, tomadas de la mano recorramos el mundo, al fin y al cabo somos polvo de estrellas».