Hoy comienza el invierno y las mujeres embarazadas, más que nunca, deben proteger su salud y extremar precauciones para evitar, por ejemplo, contraer un resfriado, una bronquitis o alguna otra afección que pueda incluso perjudicar al feto.
Y si bien las recomendaciones que hallarán pueden ser diversas, hay 6 reglas de oro que las beneficiarán en esta temporada de frío.
- Moverse: Para que el embarazo transcurra con total normalidad, siempre es positivo salir a caminar, ya que este ejercicio mejora la circulación de la sangre y ayuda a mantener el tono muscular. Eso sí, abríguense lo suficiente y eviten las horas de mayor tráfico ambiental. Sí o sí, es fundamental no caer en el sedentarismo.
- Fortalecer la alimentación: Se recomienda a las embarazadas aumentar el consumo de alimentos ricos en hierro, pues éste potencia la resistencia a las infecciones, disminuye el cansancio y reduce el riesgo de sufrir una anemia. El hierro se encuentra esencialmente en las carnes rojas, en el pescado y las legumbres. Incluso, a partir del sexto mes de gestación, el ginecólogo podría prescribir comprimidos de hierro, pero solo en el caso de sufrir algún tipo de carencia significativa.
- Cuidar la espalda: Durante el embarazo las articulaciones se ven sometidas a una dura prueba y la espalda más que el resto del cuerpo. Por lo tanto, es aún más importante cuidarla en invierno, ya que los músculos se ven debilitados a causa del frío. Una opción, para no sufrir problemas de espalda, es optar por usar un colchón firme o bien, practicar natación en una piscina temperada de vez en cuando.
- Consumir antioxidantes: Debido a que el sistema inmunológico es más débil en las mujeres durante el periodo de gestación, se les recomienda reforzar sus defensas a través de la ingesta de frutas y verduras, que son una alta fuente de vitaminas y minerales.
- Hidratarse: Aunque las temperaturas bajas no animan a beber agua, existen otras fórmulas para hidratarse muy positivas para la mujer embarazada, como los consomés, las sopas y las infusiones calientes. También se recomiendan los tés digestivos o relajantes, especialmente a base de tila o de manzanilla. Cabe mencionar que una hidratación correcta es muy importante, ya que evitará la retención de líquidos que se incrementa con el frío.
- Proteger la piel: Pero además de hidratar el cuerpo por dentro, es necesario hacerlo por fuera, ya que los efectos del invierno resecan la piel, incluso, llegando a provocar severas grietas. De allí la importancia de utilizar cremas corporales adecuadas, así como lociones para el rostro, manos y pies.