Frente a la monotonía en una relación de pareja, no hay nada mejor que experimentar nuevas posiciones en la intimidad.
Y es que salir de la ‘zona de confort’ o de las clásicas posturas sexuales, como ‘el misionero’, les inyectará una dosis extra de adrenalina y pasión.
¿En qué consiste el tornillo?
Para lograr esta posición, la mujer debe estar acostada boca arriba en la cama, para luego girar hacia un costado y flexionar las piernas, de tal manera que forme con su cuerpo la letra L.
Eso sí, puede voltear su rostro para mirar a su pareja mientras realizan el acto sexual.
Además, es recomendable que sus glúteos queden al borde de la cama para que la penetración sea más sencilla, pudiendo mover las caderas de un lado al otro para aumentar el placer.
El hombre, en tanto, debe colocarse de pie o de rodillas frente a ella y comenzar con una penetración suave, poco a poco elevando la intensidad.
Conforme aumente la excitación, entonces, los movimientos pueden ser más rápidos, con la garantía de que la penetración será profunda.
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Por qué es recomendada y por qué debes probarla
Además de ser fácil de lograr y cómoda para ambos amantes, ‘El tornillo’ provoca una alta estimulación que facilita llegar al orgasmo.
Se trata de una posición que es especialmente satisfactoria para la mujer, pero con la que el hombre también disfrutará mucho.
Entre otras cosas, porque la vista que tendrá de su pareja con esta postura, resultará totalmente satisfactoria.
Para las mujeres que tienen dificultades para alcanzar el orgasmo, por su parte, ésta es una de la posiciones sexuales más recomendadas.
De hecho, se aconseja que el hombre comience de manera suave, precisamente, porque la penetración resulta intensa y muy profunda.