Este miércoles 25 de noviembre se conmemora el Día internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y el panorama a nivel mundial es desolador.
Y es que las consecuencias que ha traído la pandemia por coronavirus (encierro y empobrecimiento), también han incidido en un aumento de las agresiones machistas. “La casa es el lugar más peligroso para las mujeres”, señalaban en abril una serie de asociaciones marroquíes que reclamaban una respuesta al Gobierno, según consigna «AFP».
De acuerdo a cifras de ONU Mujeres, con el confinamiento incrementaron las denuncias o llamadas por violencia doméstica en un 30% en Chipre, 33% en Singapur, 30% en Francia o 25% en Argentina.
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“Estamos asistiendo a una peligrosa degradación de la situación socioeconómica de las familias tras el confinamiento, con más situaciones de pobreza, lo que puede comportar reacciones violentas”, explica Hanaa Edwar, de la Red de mujeres iraquíes. La activa lucha hace 10 años por una ley contra la violencia doméstica en su país.
Por lo demás, en julio las Naciones Unidas advirtieron que seis meses de confinamiento podían traer: 31 millones de casos adicionales de violencia sexista en el mundo, siete millones de embarazos no deseados y poner en riesgo la lucha contra la mutilación genital femenina y los matrimonios amañados.
Pese a las preocupantes cifras, hoy la posibilidad de manifestarse contra el aumento de la violencia hacia las mujeres es incierta, precisamente por las restricciones sanitarias frente al coronavirus.