Hasta el terminal pesquero metropolitano llegó José Miguel Viñuela, para reunirse con Olga. Esta mujer de 74 años, cuida a su esposo que tiene demencia senil, y había asegurado en «Mucho Gusto» que su sueño era comer pescado frito, por lo que el animador decidió invitarla.
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“Esto es lo máximo para mí, estoy feliz”, dijo la mujer muy emocionada, cuando vio la sorpresa que le había preparado el programa.
Todo iba relativamente bien en el despacho, hasta el momento en que ambos se sentaron para comer. Fue en ese momento que José Miguel Viñuela vivió el chascarro que quebró la emoción del momento.
Viñuela se sentó en una silla, y al momento de acomodarse para quedar más cerca de la mesa, se fue hacia un costado, debido a que el piso era de tablas y una de las patas quedó en un orificio que había entre ellas.
Olga intentó agarrarlo pero sin éxito, por lo que el animador llegó al suelo, generando risas.