Un estudio canadiense llegó a la conclusión que los niños cuyos padres tienen altos niveles de estrés tienen un índice de masa corporal, o IMC, cerca de 2% más alto.
La explicación que entregaron es que la infancia es un momento donde las personas desarrollan hábitos y que estarían interconectados con cómo los padres manejan el estrés, la forma en qué se come y qué tan activo se es.