Un reciente estudio publicado en la revista Medicina del Comportamiento del Sueño, reveló que tener un “horario errático” puede ser tan terrible como no dormir en absoluto. Es decir, que si te acuestas y levantas cada día en un horario distinto, es probable que comiences a acumular más kilos.
Pero los investigadores descubrieron que aquellos que ponían la alarma a distintas horas cada día, subieron mucho más de peso que aquellos que tenían un horario consistente. Aparentemente, ir a la cama un día a las 11 de la noche y el otro a las 2 de la mañana te deja con un “jet lag” crónico, el cual confunde a tu metabolismo, promoviendo el aumento de peso.
Además, el estudio reveló que las mujeres subieron menos de peso, posiblemente porque se levantaban más temprano para tener tiempo para preparar su desayuno, lo cual las ayudaba a tener menos hambre a la hora de comer su almuerzo, así que desayunar sigue siendo un factor importante.
Así que la recomendación es tener un horario fijo, ir a la cama a un horario razonable y dejar al menos 15 minutos de la mañana para preparar la primera comida del día.