Según un estudio realizado por el gobierno chino, el aire haría subir de peso. Por causa de éstos cuestionamientos decidieron realizar un experimento con ratas, a las que dividieron en dos grupos: Por un lado, a algunas las dejaron en el aire sucio de Beijing y a las otras en una ciudad con aire limpio, con la misma cantidad de comida.
Tras 19 días de investigación, las que respiraban aire sucio quedaron con una salud deplorable, su colesterol subió en un 97% y además se detectaron grandes niveles de insulinoresistencia, estado que puede volverse diabetes tipo 2. Y así mismo ocurriría con las personas, ya que «vivir mucho tiempo en ambientes contaminados puede incidir en transtornos del metabolismo y en inflamaciones, aumentando las posibilidades de subir de peso y con riesgos de desarrollar obesidad».