Los trabajos en el mundo actual sumados a las exigencias que hace la sociedad, muchas veces provocan que las personas se sientan estresadas.
Ante este escenario, es imposible no vernos con desánimo e incluso hay quienes llegan a experimentar enfermedades mentales, como la depresión a causa de estas situaciones.
«Síndrome de burnout»
Así se conoce el tipo de estrés laboral, caracterizado por el agotamiento físico, mental y emocional, relacionado a la labor profesional que se ejerce. Sus consecuencias, son la pérdida del interés en las tareas y responsabilidades e incluso la depresión.
Personas que recurrentemente presentan síntomas físicos como cansancio, fatiga, lentitud, dolor de cabeza, de cuello y de espalda, o que presenta licencias médicas con frecuencia, ausentismo o retraso, puede que estén presentando el Síndrome de Desgaste Laboral del Burnout.
Ejercicios para superarlo
En ese sentido, hay determinadas herramientas que pueden ser útiles en el autocuidado. Una de ellas, es hacer ejercicios para fortalecer la vida anímica. Esto permite fortalecer la conciencia, la concentración, la voluntad, como el poder mirar la vida de manera más positiva, entre otros.
¿En qué consiste? Tú mismo tomas un objeto, comenzando con una descripción perceptiva para después ir a lo relacionado con su función, que tipo de objeto es, cuándo fue creado, para qué sirve, de qué materia está compuesto, etc.
Con esto, lo que se hace es una línea de pensamiento en torno a un objeto, por medio de un orden del pensamiento que estás siguiendo y que es finalmente, el querer conocer a ese objeto. Este es un ejercicio que ayuda a fortalecer la individualidad al nivel del pensar, pero que sin embargo requiere de algunos requisitos como:
- Uno debe querer hacerlo
- Idealmente hacerlo de forma diaria. Si no puedes, proponte hacerlo 3 veces a la semana.
- Se recomienda hacerlo en la mañana.
- El tiempo puede ser de 3 minutos, pero sin distracciones. Y si uno pierde el hilo, la idea es empezar de nuevo, que no haya distracciones con cosas cotidianas.
- La idea es con un objeto concreto y no abstracto. Porque de la otra manera la distracción es mucho mayor. Un objeto concreto en sí, facilita la práctica meditativa. El objeto es un facilitador, para prepararse para lo que es más difícil, como son las palabras o las frases.
Otro ejercicio que se puede hacer, está relacionado con la voluntad. Consiste en escoger una acción que hacer, no obligatoria y más bien inútil, como puede ser rascarse la rodilla, y donde se define además una hora determinada, pero sin uso de recordatorios externos como el celular, para empezar a estar más pendiente de lo que pasa en el día, a nuestro alrededor.
Este ejercicio permite que nos fortalezcamos, ya que si lo hacemos a conciencia, después de un tiempo podemos hacer más y tener más fuerza para proponerse ciertas cosas u otras metas.