En cosa de segundos la muchacha se descuidó de su vaso y el criminal aprovechó para actuar.
Un video en un concierto fue la prueba para detener a un hombre que drogó a una mujer y luego le robó. Todo gracias a que la muchacha se estaba grabando en un video selfie.
Los hechos se cometieron hace aproximadamente un mes en el sur de Francia, según fuentes cercanas al caso, cuenta el diario El Mundo.
En las imágenes que grababa la víctima (con el pelo rubio) y una amiga suya (morena), se observa cómo se acerca un hombre que en cuestión de décimas de segundo echa algo en la copa de la primera.
El hombre después se marcha y espera cerca de su víctima a que esta sienta los efectos de la droga que anula la voluntad para robarle, cuyo nombre real es escopolamina, pero es más conocida como burundanga.
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Fotos: Captura de video