Dicen que el tiempo cura todas las heridas y bien lo sabe Drew Barrymore, quien reapareció públicamente tras anunciar hace un par de días, su divorcio con Will Kopelman con quien estuvo casada por 3 años y con quien tiene 2 hijas.
Si bien ninguno de los dos ha aclarado las razones del quiebre, los medios aseguran que la pareja nunca logró ponerse de acuerdo con la ciudad en la cual vivir, ya que ella quería quedar en Los Angeles y él, en Nueva York.
La actriz, como una especie de terapia, se tatuó el nombre de sus dos hijas, Olive y Frankie, en su muñeca.