- Por MJ
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Trabajar, estudiar o destinar tiempo en actividades de este tipo son agotadoras y por lo mismo, todos tenemos un reloj biológico que condiciona nuestro cuerpo.
A continuación te contamos cuántas horas y en qué horarios deberías trabajar según tu edad para así obtener mejores resultados:
20 a 30 años
A pesar de que eres legalmente un adulto cuando cumples 18 años, tu cerebro puede que no salga de la adolescencia sino hasta mediados y finales de los 20 años, dijo Jess Shatkin, psiquiatra en el Centro de Estudios Infantiles del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.
Como resultado, «los adolescentes tienen este deseo de ir a la cama más tarde y se despiertan más tarde, y eso es lo que la mayoría de la gente hace hasta los 26 años aproximadamente». Según el especialista, no deberían trabajar o estudiar antes de las 9 de la mañana y, de ser posible, deberían comenzar a las 10 y dejar que los horarios sean más tarde.
30 a 40 años
Para la mayoría de los adultos de entre 30 y 40 años, algunos estudios sugieren que los horarios de trabajo ideales deben reflejar las preferencias individuales: si eres madrugador o noctámbulo. La investigación también indica que estas preferencias están ligadas a los genes.
¿Qué debes evitar? El trabajo por turnos irregulares o durante la noche pueden tener un impacto negativo en la salud.
40 años y más
Cuando los adultos son mayores de 40 años, el número de horas de trabajo en un horario diario puede tener efectos sobre la salud similares al horario mismo.
Según una investigación publicada en Working Paper Series del Melbourne Institute dice que trabajar solo 25 horas a la semana sería bueno para tu rendimiento cognitivo, es decir, que tu semana laboral dura tres días. Así lo explicó Shinya Kajitani, profesor asociado en la Universidad de Meisei en Japón y un coautor del estudio.
Según los investigadores australianos la sobrecarga laboral de 55 horas semanales hará que sufras de estrés y fatiga, además hace que se pongan más lentas las capacidades neuronales y las funciones cognitivas.