A nivel mundial, la migraña afecta a 1 de cada 10 personas y destaca entre las principales causas de consultas al médico, especialmente en el caso de las mujeres. Sin embargo, continúa siendo tratada como un mal menor, aun cuando el impacto es significativo tanto en lo social, personal y económico.
Puntualmente, en la actualidad no existe un terapia específica para la migraña, ya que los medicamentos disponibles, ya sean de venta libre o receta médica, buscan aliviar los síntomas una vez que ya se iniciaron. No así curar la enfermedad de raíz.
Sin embargo, ahora han descubierto que un posible abordaje terapéutico podría encontrarse en la actividad física.
Según una investigación de la Universidad de Basilea (Suiza), un entrenamiento de alta intensidad puede contribuir a reducir la frecuencia de las crisis de migrañas.
Así lo observaron en una prueba con veinte mujeres y cuatro hombres que siguieron un régimen de ejercicios dos veces por semana, 28 minutos por sesión, durante 12 semanas.
Alice Minghett, autora principal del estudio presentado en el 18° Congreso de la Sociedad Internacional de Cefaleas, argumentó que «el ejercicio aeróbico supervisado debe considerarse una estrategia preventiva y de tratamiento complementaria para los migrañosos».
La razón radica en que la ejercitación favorece una correcta circulación que oxigena mejor los tejidos y permite que la sangre llegue a todo el cuerpo, lo que a su vez ayuda a disminuir la frecuencia de los episodios.