Tener un hijo o una hija es una experiencia increíble. Desde la etapa de gestación se crea un vínculo indescriptible con la madre y el padre que se va desarrollando a medida que el bebé va creciendo.
Y en ese crecimiento una de las etapas tempranas es la del uso de los pañales, elementos que comenzaron siendo un trozo de tela lavable y que ahora se constituyen como un elemento desechable y de diferentes tipos.
En ese contexto, una de las preguntas más complejas que se hacen madres y padres es cuál es el momento indicado para que el bebé deje los pañales.
Según indicó la doctora Mónica Oliver, médica psiquiatra y psicoanalista infantil, en su informe “Enuresis y Encopresis. Rol del pediatra frente al niño y su familia” y consignado por el sitio Entremujeres, “puede considerarse precoz cuando se realiza antes de los 18 meses y tardío, después de los 36 meses”.
Oliver explica que existen varias etapas en el proceso de eliminación del pañal, comenzando con que “el niño es capaz de percibir que ha hecho pis o caca y es capaz de transmitirlo: Me hice pis. Luego puede percibir y transmitir que está por hacerse pis o caca, pero es incapaz de retener y controlar: Me estoy haciendo pis. Más adelante puede retener y decidir la expulsión, que le da placer. Puede interrumpir y recomenzar: Quiero hacer pis”.
«El control de esfínteres se realice en forma progresiva, esperando que el niño atraviese las distintas etapas y no adoptar una modalidad punitiva”, detalla la doctora, que indica que no se debe incluir el castigo como parte de la estrategia.