Aunque es común que los bebés usen chupete, especialmente en el primer año de vida, la conveniencia de utilizarlo o no sigue siendo una cuestión en debate.
Y es que si bien su efecto tranquilizante en cuanto a beneficios es el más reconocido, su uso debería disminuir en el tiempo y suspenderse alrededor de los 2 años y medio, ya que a esa edad el niño no necesita succionar y, por el contrario, su uso va en contra del desarrollo dentario.
Ahora, más allá de los juicios personales, hay algunos pro y contra de usar chupete que están comprobados y los destacamos a continuación:
Beneficios
- Protección contra la muerte súbita: Un estudio realizado por la Sociedad Argentina de Pediatría concluyó que el chupete es protector de la muerte súbita del lactante. Además, el trabajo señala la importancia de introducir el chupete en los niños alimentados con leche materna.
- Conciliar el sueño: Ayuda al bebé a calmarse y reduce el estrés, pues produce un efecto placentero que le permite descargar sus tensiones.
- Tolerancia al dolor: Existen estudios demostrados que están relacionados con el efecto analgésico del chupete. Por ejemplo, le alivia la tensión durante intervenciones dolorosas, como la vacunación o cuando tiene cólicos.
Riesgos
- Malformaciones dentarias: Se pueden producir fallos en la alineación de los dientes o en la forma que encajan los de arriba con los de abajo. De hecho, las probabilidades de que esto ocurra aumentan cuando el hábito se prolonga más allá de los 36 meses.
- Otitis: Puedo incrementar el transporte de agentes patógenos al oído. Cuanto más frecuente y prolongado es el uso del chupete, el riesgo aumenta. No obstante, disminuye si se limita a la hora de dormir.
- Accidentes infantiles: El borde cortante del chupete puede ocasionar lastimaduras cerca de la nariz o en la boca, en caso de que el bebé se caiga con él puesto. Por eso, es importante procurar no acostarlo con el chupete colgando por el riesgo de estrangulamiento.
Recomendaciones para un uso seguro
- Limitar el uso hasta los 12 meses de edad.
- Evitar el chupete durante los primeros días de vida en los recién nacidos amamantados.
- Utilizar un chupete entero de una sola pieza.
- No introducir el chupete en azúcar o miel.
- Que tenga escudos con orificios para su ventilación.
- Cambiarlo apenas se deteriore.