Son muchas las razones por las que la piña resulta beneficiosa para la salud, aún más si se consume como infusión con el estómago vacío. Gracias a la enzima bromelaína, la cual posee en altas cantidades, la piña tiene la capacidad de combatir la hinchazón e inflamación, a través de la eliminación de toxinas tóxicas en el cuerpo.
Pero eso no es todo, ya que además esta fruta contribuye en la pérdida de peso al ser rica en fibra y vitamina C. Como resultado, el sistema digestivo necesita más tiempo para descomponerla, por lo que se produce un efecto prolongado de saciedad.
Por otro lado, al consumir el agua de piña en ayuna se experimentarán menos antojos de azúcares y grasas. Ello, sumado a que la infusión limpia el hígado y los intestinos.
¿Cómo preparar agua de piña?
La receta es muy sencilla. Lo único que se necesita es cortar media piña, quitarle la piel y cortarla en pequeños cubos, para luego introducirlos en un jarro con un litro de agua. Lo ideal es dejarlo reposar durante toda la noche y consumir al día siguiente el líquido resultante, sin agregarle azúcar.
Cabe recordar que, al beberla a primera hora de la mañana, antes de cualquier comida, se aprovecharán mejor los nutrientes, minerales y propiedades que nos proporciona esta fruta.
Asimismo, la piña es rica en sustancias antioxidantes que protegen al organismo frente al daño celular causado por los radicales libres, moléculas responsables de enfermedades crónicas y envejecimiento prematuro.