El cuerpo necesita liberarse del estrés y las tensiones que genera el ritmo de vida actual, lo cual es posible lograr a través de los masajes.
Los hay de muchos tipos: relajantes, descontracturantes, de drenaje linfático para la circulación y anticelulíticos, entre muchos más. ¿Ya haz probado alguno? Por si no lo has hecho todavía, aquí encontrarás buenas razones que te harán correr a las manos de un profesional. ¡Toma nota!
- Los masajes son una experiencia relajante y terapéutica. Además, sus efectos no sólo son a nivel físico, pues la mente también responde al toque humano.
- Los masajes antiestrés descontracturan y rejalan los músculos, ya que aumenta la circulación de la sangre, lo que permite eliminar los productos de desecho acumulados en el torrente sanguíneo. La persona experimenta así una sensación de paz y tranquilidad, gracias a que reducen el ritmo cardíaco y la presión sanguínea disminuye.
- El trabajo de un fisioterapeuta o masajista puede tener importantes beneficios a corto y largo plazo en tu vida, ya que no solo otorga confort y evita dolores innecesarios, sino que también regula y alivia la tensión psico-física.
- El sistema digestivo también mejora, pues aumentan las secreciones gástricas, aliviando problemas estomacales e intestinales, a la vez que el sistema inmunológico se fortalece gracias a la circulación de la sangre en el organismo. Esto último permite una mayor defensa ante las enfermedades.