Aunque el bronceado es fácil de conseguir, sobre todo en días de playa o piscina, no es tan simple que se mantenga en el tiempo.
De hecho, no existe una única forma de prolongar su efecto, pero sí varias alternativas que contribuirán a este fin.
¡Toma nota!
1-Consume alimentos con beta-carotenos
Los alimentos ricos en beta-carotenos son precursores de la vitamina A, que estimula la creación de melanina, responsable de la pigmentación dorada propia del bronceado.
Por lo tanto, si los incorporas a tu dieta, conseguirás que el bronceado se intensifique y dure por más tiempo.
Destacan entre los alimentos ricos en beta-carotenos la zanahoria, el mango, el pimiento rojo, el damasco, el tomate, la espinaca, el berro, la acelga, la lechuga, el melón y el pistacho. Consúmelos crudos o en zumos, según cada caso.
2-Usa loción after sun
Además de refrescar e hidratar la piel después de la exposición solar, las lociones after sun son capaces de extender en el tiempo el bronceado. Ello, pues estimulan las defensas celulares, reparando los daños producidos por el sol, por un lado; y, por otro, reforzando el tono a través de una mayor producción de melanina.
También unifican el tostado, evitan la descamación y restauran la elasticidad de la piel, gracias a sus fórmulas a base de aloe vera, mentol, vitamina E o manteca de karité, entre otros ingredientes.
Aplica tu after sun después de la ducha y de manera uniforme.
3-Toma micro dosis de sol
Otra manera de potenciar el bronceado, es tomar sol por breves lapsus de tiempo, de manera controlada y consciente. De hecho, diez minutos al día serán suficientes para mantener la melanina.
De todos modos, utiliza siempre un fotoprotector de amplio espectro para evitar el efecto dañino de los rayos UVA y UVB. Aplícatelo veinte minutos antes de exponerte el sol.
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4-Exfolia
Si quieres que el tono de tu bronceado se mantenga uniforme, entonces procura exfoliar tu piel una vez por semana con un producto no agresivo.
Por ejemplo, con un exfoliante de acción enzimática y no mecánica. O bien, creando tu propio exfoliante casero a partir de ingredientes como azúcar, miel, aceite de almendras o sal gruesa.
Así, al erradicar las impurezas y retirar células muertas, se oxigenarán los poros, la piel se mantendrá suave y el color permanecerá parejo por más tiempo.
5-Evita el agua caliente
Tomar baños prolongados de agua caliente no solo ataca la firmeza de la piel, sino que además contribuye a que ésta se deshidrate y se descame. Y como resultado, solo conseguirás que tu bronceado empiece a desaparecer.
Por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es darte tonificantes duchas de agua fría y redoblar la hidratación de tu piel. Es decir, ingerir mucha agua para evitar la sequedad cutánea. Idealmente, dos litros de agua al día.