Saber cuál es el jabón ideal para cada tipo de piel te ayudará a eliminar impurezas, tratar múltiples afecciones y retrasar el proceso de envejecimiento cutáneo, entre otros beneficios.
- Para piel seca: Las pieles secas se caracterizan por una falta de hidratación y por presentar, en ocasiones, un tacto algo áspero debido a la escasez de agua. De ahí la importancia de recurrir a jabones que se ocupen de nutrirlas al máximo y que contengan ingredientes como el aceite de coco, la manteca de karité o la palta.
- Para piel mixta: Este cutis tiende a presentar un exceso de sebo y de brillos en la conocida como “Zona T”, que engloba la frente, la nariz y la barbilla. Por eso, si quieres cuidarla, busca jabones que contengan lavanda, aceite de argán o aceite de jojoba; estos dos últimos, perfectos para regular la producción de sebo y retrasar la aparición de arrugas.
- Para piel grasa: Reducir el exceso de sebo y acabar con los granos suele ser el principal objetivo de las personas que tienen la piel grasa. Si posees este tipo de cutis, entonces prefiere jabones que contengan ingredientes como avena, azufre, aloe vera y bardana.
- Para piel sensible: La piel sensible tiende a presentar picores, calor, cosquilleo, rojeces e irritaciones ante determinados agentes externos, tales como un cambio brusco de temperatura, un exceso de sol, estrés o cambios hormonales. Por eso, a la hora de cuidarla, nada mejor que usar jabones naturales que se encuentren libres de sustancias químicas y que se compongan de harina de avena, manzanilla o miel; tres activos ricos en propiedades antiinflamatorias que respetan el pH natural de la epidermis.