Si te gusta el calor, pero no precisamente en la oficina, conviene poner en práctica algunos trucos que harán mucho más apacible tu jornada laboral, aun con altas temperaturas.
Así evitarás la fatiga, el exceso de sudoración y la somnolencia, entre otros efectos asociados a las olas de calor. ¡Apunta estos tips!
- Haz pausas breves: Es muy beneficioso descansar algunos minutos en un lugar fresco. Aunque sean cortas, estas pausas mejorarán tu capacidad de concentración y el rendimiento.
- Viste ropa ligera: Elegir prendas elaboradas con tejidos frescos como el lino o el algodón te ayudarán a sentirte más a gusto. Asimismo, el color de las prendas influye, ya que los tonos claros aportan frescura y ayudan a prevenir la sudoración excesiva asociada con el calor.
- Hidrátate correctamente: Para evitar la deshidratación, es importante beber líquido en abundancia durante toda la jornada laboral. Eso sí, las bebidas no deben estar excesivamente frías ni contener mucho gas. Lo más recomendable es tomar agua, bebidas isotónicas o infusiones naturales.
- Almuerza saludable: Durante los meses de calor, el cuerpo pide alimentos refrescantes y ligeros. Si es imprescindible almorzar en el trabajo, se recomienda no hacer comidas demasiado pesadas ni calientes. ¿La mejor elección? Ensaladas o pasta fresca acompañadas de agua y una pieza de fruta.
- Refresca el cuerpo durante el día: Para reactivar el flujo sanguíneo se recomienda aplicar agua fría sobre las muñecas durante un minuto. También es aconsejable pasar las manos mojadas sobre el rostro y cuello. Y es que cuando el agua se evapora, la piel se refresca siguiendo el mismo proceso que el de la sudoración.
- Organiza tus tareas: Establecer un planning al comienzo del día, con todas las tareas que debas realizar, hará que la jornada sea más llevadera y se cumplan los objetivos de forma más eficiente.
- Procura que haya una ventilación adecuada: Trabajar en un espacio ventilado ayuda a evitar la somnolencia, el cansancio y los sofocos que se asocian con los espacios cerrados. Por lo tanto, es esencial que haya corriente y que el aire se renueve de forma constante en el lugar de trabajo.