El té se obtiene a partir de las hojas y yemas recolectadas de la planta Camellia Sinensis, oriunda de Asia, pero que hoy se cultiva en todo el mundo. Dependiendo de cuándo se cosechen las hojas y brotes, así como del tratamiento al que se les someta, se clasifican en distintos tipos.
- Té verde: Se ha elaborado a partir de las hojas no fermentadas, por lo que se conservan sus propiedades originales. Simplemente se han dejado secar una vez cosechadas, para después pasar por un tratamiento de calor. Es un té rico en vitaminas A, C, E y en minerales beneficiosos como el selenio.
- Es un poderoso antioxidante que retrasa el proceso de envejecimiento y la aparición de enfermedades degenerativas.
- Minimiza las dolencias cardiovascuales y contribuye en la prevención de la hipertensión o el colesterol alto.
- Es depurativo, por lo que ayuda a eliminar líquidos y, en algunos casos, a perder peso.
- Té rojo: Se ha elaborado de tal forma que las hojas quedan semifermentadas. También conocido como el té de los emperadores, tiene un sabor fuerte y un color característico. Además, requiere un largo proceso de maduración de alrededor de 2 años.
- Estimula el metabolismo de las grasas y ayuda a eliminar el colesterol.
- Contribuye a moderar las digestiones pesadas, y mantiene hígado y riñones en buen estado.
- Es beneficioso en casos de gota o ácido úrico alto e inhibe la liberación de histamina, algo muy beneficioso en casos de alergias.
- Té negro: Es el que más teína posee de todos. Sus hojas se han dejado oxidar una vez cosechadas y tratadas. Resalta del resto por ser muy aromático.
- Ayuda a proteger los capilares de los ojos, siendo excelente para cuidar de la salud ocular.
- Es un remedio natural para combatir la diarrea, debido a los taninos con los que cuenta en su composición.
- Tiene acción diurética, por lo que es de gran efectividad para las personas que sufren de retención de líquidos. Además, ejerce un efecto depurativo sobre el organismo.
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- Té blanco: Tiene un color muy claro, ya que las yemas que se se utilizan para elaborar este tipo de té tienen un tono plateado. Se cosechan antes de que se abran y se dejan desecando para que eliminen todo el agua y el exceso de humedad.
- Es rico en polifenoles, los cuales tienen una acción antioxidante. Es decir, protegen las células ante agresiones de los radicales libres.
- Ayuda a reducir los niveles de colesterol malo o LDL.
- Combate las caries dentales.
- Tiene acción diurética y potencia las defensas.
- Mejora la capacidad cognitiva, favoreciendo la memoria y la concentración.
- Té azul: Se trata de un punto medio entre el té verde y el té negro, pues tiene un sabor parecido al primero, pero un color más cercano al segundo. Es un té que a mitad de producción fue intervenido en su fermentación.
- Tiene una gran capacidad antioxidante.
- Fortalece el sistema inmunológico, pues tiene muchas vitaminas y minerales.
- Ayuda a reducir la tensión arterial y sirve para regular el colesterol.
- Previene y mejora el hígado graso.
- Té amarillo: Se obtiene mediante un corto proceso de fermentación que se frena con calor seco, lo que le confiere su color y aroma característicos. Es rico en ácido fólico, así como en vitaminas B, B1, B2 y C.
- Retarda el envejecimiento celular.
- Previene problemas a la visión.
- Ayuda a aumentar la capacidad de concentración y es vigorizante.
- Por su alto contenido en flúor protege al sistema contra la caries.