Nunca es tarde para comenzar a cuidar tu cutis. Y, más aún, si estás cercana o ya pasaste los 30 años.
Usar cremas hidratantes de día y noche es fundamental. Sin embargo, puedes complementar tu rutina con mascarillas caseras que están llenas de beneficios.
Aquí te presentamos 4 que podrás elaborar fácilmente en tu hogar.
1.Mascarilla de huevo y naranja
La clara del huevo contiene una sustancia llamada luteína, que retiene la humedad natural de la piel mientras le brinda elasticidad. Además, le aporta vitaminas A, B y D, cuya acción disminuye los efectos de los radicales libres, reduce el tamaño de los poros y amortigua la presencia de puntos negros, acné y otras imperfecciones.
La cáscara de naranja, en tanto, está llena de vitaminas C y E; dos poderosos antioxidantes que erradican los radicales libres y el daño oxidativo. Aparte, el ácido cítrico participa en la producción de colágeno y regula el pH natural controlando la producción de sebo.
Ingredientes:
Una clara de huevo y una cáscara de naranja.
Preparación:
- Pon a secar una cáscara de naranja al sol y tritúrala con un molinillo hasta convertirla en polvo.
- Cuando esté lista, bate la clara de un huevo y mézclala con el polvillo de la cáscara. Asegúrate de que quede bien integrado.
- Procede a limpiar el rostro para quitar la suciedad superficial y todo rastro de maquillaje. Una vez limpio, extiende el producto por todas las áreas; eso sí, haz este procedimiento de noche, pues tu piel quedará levemente sensible al sol.
- Deja actuar la mascarilla durante 15 minutos.
- Luego, humedece la piel con agua tibia y realiza movimientos circulares con las yemas de los dedos.
- A continuación, sumerge un paño en agua helada y aplícalo sobre el rostro. Presiona un poco y mantenlo en contacto con la piel durante un minuto. Repite ese paso tres veces y enjuaga.
2. Mascarilla de kiwi y yogur
El kiwi no solo es rico en vitamina C, sino también en vitamina E y en nutrientes capaces de rejuvenecer la piel, aportar tersura y elasticidad, combatir la flacidez, estimular la regeneración celular, eliminar las manchas, aumentar la producción de colágeno y acabar con los granos y espinillas.
El yogur, por su parte, contribuye a arrastrar las células muertas, a mantener la piel limpia y a atenuar las manchas debido a su riqueza en ácido láctico.
Ingredientes:
Un kiwi maduro y una cucharada de yogur natural sin azúcar.
Preparación:
- Retira la piel del kiwi y machaca la fruta con una cuchara para transformarla en puré.
- Hecho esto, mézclalo con el yogur hasta obtener una pasta homogénea.
- Aplica la mascarilla casera resultante sobre el rostro limpio y seco con un suave masaje y deja que haga efecto durante 20 minutos.
- Finalmente retira la mascarilla de kiwi aclarándola con agua tibia, seca la cara y extiende tu crema hidratante de uso frecuente.
3. Mascarilla de aceite de oliva y plátano
El aceite de oliva, rico en vitamina E, es un antioxidante que mantiene la piel fresca y joven; mientras que el plátano contiene potasio, una sustancia que retrasa el envejecimiento cutáneo, aportando juventud y luminosidad a la tez.
Ingredientes:
Un plátano maduro pequeño y una cucharadita de aceite de oliva.
Preparación:
- Retira la cáscara del plátano y conviértelo en puré con la ayuda de un tenedor. Al estar maduro, te resultará sencillo machacarlo.
- Una vez que el plátano esté triturado, mézclalo con el aceite de oliva hasta formar una pasta homogénea.
- Extiende la mascarilla casera resultante por el rostro y el cuello limpios, y deja que haga efecto durante unos 20 minutos.
- Transcurrido ese tiempo, retira el producto con abundante agua templada, y seca el rostro con una toalla y sin frotar.
4. Mascarilla de zanahoria
Debido a que posee altas dosis de vitamina A, una sustancia que promueve la producción de colágeno, la zanahoria otorga excelentes resultados a la hora de revitalizar la piel del rostro y anticiparse a la aparición de posibles arrugas. Además de aportar un contenido graso equilibrado.
Ingredientes:
Una zanahoria.
Preparación:
- Ralla una zanahoria y límpiala muy bien para eliminar todos los gérmenes e impurezas que hayan podido depositarse sobre ella.
- Una vez que hayas retirado toda la piel, introdúcela en una olla con agua caliente y hiérvela durante unos minutos. Cuando se haya reblandecido, retírala del fuego.
- Es importante que la zanahoria esté muy blanda, ya que el siguiente paso consistirá en machacarla con la ayuda de un tenedor para convertirla en una especie de pasta.
- Una vez lista la mascarilla, limpia tu rostro para que el producto penetre profundamente en la piel, y entonces extiende la zanahoria por todo el cutis, evitando cubrir los contornos de los ojos y de los labios.
- Deja que la mascarilla repose sobre tu piel durante unos 30 minutos y, pasado ese tiempo, retírala con abundante agua tibia.