Sin duda que una mujer inspiradora es Daniela Vega, quien ha dado una visibilidad de la comunidad trans, solo por el hecho de seguir con su carrera como actriz, que la llevó a protagonizar ‘Una mujer fantástica’, cinta que ganó un Oscar a Mejor Película Extranjera. Actualmente, ha demostrado su inmenso talento en proyectos como ‘La Jauría’ y ‘Historias de San Francisco’.
Es más, hace poco anunció que será parte de la primera serie musical de Netflix en español, que protagonizará Sebastián Yatra.
Y en redes sociales, la actriz es muy activa, compartiendo su día a día con su ‘chiquillada’.
Ahora último, sorprendió a sus más de 304 mil seguidores, con una foto del recuerdo, cuando tenía 4 años. ¿El motivo? Para recordar la Navidad en donde se capturó ese momento.
El sentido relato de Daniela
En su post, Daniela partió escribiendo: «Aquí tengo 4 años. Es la noche de Navidad. Mi abuelita tomó esta foto en la casa de mis papás. Siempre que me veo aquí recuerdo el color ladrillo del terciopelo de los sillones. El olor de la cocina y las peleas entre mi abuelita y mi mamá. Que está listo el pavo ! Que no, no está listo. Se va a secashh!!No mijita si no se va a secar no ve que le vengo echando salsa toda la tarde. Yo miraba esta escena cuando mi abuelita me vio espiándolas. Y me dijo, póngase aquí mi amor, y en la espalda del sillón me retrató. Mirar los ojos verdes de mi abuelita siempre me trajo calma. Y su voz gritona, todo lo contrario».
Esta foto, según la actriz, cada vez que la mira le vuelve los recuerdos de «las luces de colores del árbol de Pascua. Luces pinchudas y de vidrio. Siempre quise saber por que eran pinchudas. Con los años me auto respondí que esas luces imitaban las piñas del pino de plástico que adornaba el living donde yo me perdía largos ratos descubriendo figuras en el tintineo de esos colores brillantes».
Finalmente, terminó su relato con una reflexión bien potente sobre su identidad como mujer. «Aquí tengo 4 años, y cada vez que me veo, miro mi pose, en puntas de pie, levantando mi jardinera como si fuera una falda, y apoyada en el sofá que para mi era un piano de cola brillante como el charol, lista para cantar. Han pasado 28 años de este registro. Ya no hay luces de vidrio pinchudas en el árbol de Navidad . En verdad, no armo árbol. Con sus adornos engalané mis pasos. Hoy no hay árbol de Navidad. Pero estoy con mis zapatos de taco, mi faldita y mi piano acharolado, mirando esta foto con olor a canela y clavo, el futuro que transito en esa locomotora que adorna mi pecho. Feliz navidad, mi hermosa y jovial chiquillada», concluyó.