Con la llegada de la primavera se instaló el tiempo de usar un calzado más destapado, como son las sandalias, por lo que es necesario cuidar también los pies.
Y una forma de hacerlo es a través de trucos caseros, como estos dos muy prácticos elaborados con limón.
Sumergir los pies
Gracias al ácido cítrico presente en esta fruta, el limón es capaz de eliminar las células muertas, a la vez que suaviza la piel al máximo.
Destacan también sus elevadas dosis de antioxidantes y vitamina C, los cuales tienen el poder de atenuar las manchas, blanquear la planta de los pies, mantener la piel joven y luchar contra bacterias causantes del sudor y del mal olor.
Ingredientes: Un limón / Una piedra pómez / Un poco de agua
Preparación:
- Exprime el limón para extraer su jugo.
- Busca un recipiente que sea lo suficientemente grande para que puedas introducir los pies.
- Calienta agua y, cuando esté templada, viértela dentro del cuenco.
- Añádele el zumo de limón que has exprimido previamente.
- Sumerge los pies en el interior del recipiente.
- Deja que reposen durante unos 10 minutos y, mientras tanto, pasa la piedra pómez sobre las zonas en las que han aparecido durezas.
- Finalmente, acláralos con abundante agua y sécalos muy bien con una toalla.
Pon en práctica este truco cada 15 días y lucirás unos pies impecables todo el año.
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Cáscaras en los pies
El uso de zapatos incómodos, caminar muchas horas o pasar demasiado tiempo sentada, entre otros factores, puede afectar a tus pies a través de la aparición de callosidades, durezas y diversas lesiones.
Por lo tanto, si quieres combatir estas dolencias de una manera natural, una alternativa muy simple es ir a dormir con una cáscara de limón puesta en cada talón.
La idea es dejarla actuar toda la noche y así aprovechar los beneficios de este tratamiento. Según los expertos, la cáscara de limón contiene hasta 10 veces más vitamina C y nutrientes que el jugo, además de aceites esenciales y poderosos antioxidantes.
Preparación:
- Lo primero es cortar el limón en dos partes, de tal modo que cada mitad se ajuste a la perfección a cada talón.
- Luego, exprime la totalidad del jugo y presiona firme la cáscara contra el talón, asegurándose que no se caiga. Finalmente, ponte el calcetín y duerme de esta forma toda la noche.
- Los resultados comenzarán a sentirse antes de una semana, si el tratamiento se realiza a diario.
- Las grietas y durezas empezarán a desaparecer, se aliviarán los dolores y, como conclusión, se conseguirán pies más suaves, saludables e hidratados.