Un reciente estudio desarrollado por la Universidad de Nevada, en Reno, determinó que el ser engañado por la pareja puede tener efectos vinculados a la depresión y a la ansiedad, pero también puede conducir a comportamientos arriesgados, como comenzar a relacionarse con muchas personas sin control ni precaución alguna, así como caer en el consumo excesivo de alcohol, marihuana y otras sustancias.
Pero no sólo eso, ya que al abuso de alcohol o drogas pueden sumarse otros trastornos relacionados con la alimentación (comer mucho o nada) o incluso ligados a la práctica de un ejercicio físico desmedido, según lo publica «The Independent».
Eso sí, el estudio de la Universidad de Nevada indica que los efectos de una infidelidad, tanto físicos como psicológicos, suelen ser más graves en las mujeres que en los hombres.
Por otro lado, la autora de la investigación halló una relación con la culpabilidad. «También hemos encontrado que muchas de estas personas terminan sintiéndose culpables de haber sido engañadas por sus parejas, lo que puede explicar que acaben poniendo en riesgo su salud con comportamientos arriesgados», reveló la especialista M. Rosie Shrout.
Para el análisis se trabajó con personas jóvenes, de un promedio de 20 años y que hubiesen sufrido una infidelidad en los tres meses previos al estudio, tras tener una relación estable, de más de un año y medio.
Lo curioso de estos resultados fue el comprobar que el comportamiento autodestructivo se daba casi de igual manera, tanto si esas personas continuaban o no la relación con las personas que los habían engañado.