Si bien es cierto que hay varios estudios realizados para explicar si es bueno o malo la postura de las piernas cruzadas al sentarnos, no todos convergen en las mismas conclusiones. Aquí, te contamos algunas posturas.
Consecuencias:
-Adormecimiento de piernas. Es cierto que si pasas demasiado rato en la misma postura, al final se te puede dormir la pierna o el pie. Esto es porque cruzar las piernas puede poner presión sobre el nervio peroneo situado detrás de la rodilla, lo que hace que tengas esa sensación en la parte baja de las piernas y en los pies. Pero es una sensación temporal.
-Presión. Uno de los estudios más grandes se llevó a cabo en una clínica especialista en hipertensión en Estambul, Turquía. Los investigadores concluyeron que sentarse con las piernas cruzadas en el piso por ratos largos puede causar sensación de adormecimiento. Resulta que la presión sanguínea es más alta cuando las piernas están cruzadas, pero cuando se toma la tensión sólo tres minutos después de descruzar las piernas, la presión sanguínea vuelve a sus niveles anteriores.
-Varices. Aún no se ha demostrado que cruzar las piernas es un factor crucial en el aparecimiento de varices, ya que al parecer es un problema que se debe mayormente a la genética.
-Articulaciones. En cuanto al impacto de cruzar las piernas sobre las articulaciones, un estudio concluyó que las personas que se sientan con las piernas cruzadas por más de tres horas al día tienen más probabilidad de echar los hombros hacia delante y tener mala postura. Otro estudio más reciente, publicado este año, concluyó que si la gente se sentase recta mientras cruza las piernas, no se producirían esos problemas de postura.
Beneficios:
Un estudio de la Universidad Centro Médico de Rotterdam concluyó que cruzar las piernas puede tener beneficios. Los investigadores encontraron que cruzar las piernas sobre la rodilla aumenta el alargamiento del músculo piriforme, situado por debajo de la articulación de la cadera, un 11% si se compara con sentarse con las piernas rectas, y un 21% si se compara con mantenerse de pie. Además, los autores creen que esto aumenta la estabilidad de las articulaciones pélvicas igual que cuando se tensan los músculos abdominales.