Por un lado, la cebolla es rica en propiedades antisépticas y antibacterianas, por lo que contribuye a reducir las manchas y atenuar las marcas de acné.
La miel, por su parte, por su contenido en peróxido de hidrógeno, se ocupa de retirar la suciedad del cutis y ejerce una acción exfoliante que arrastra las células muertas.
De ahí que ambos ingredientes, fusionados, se conviertan en una excelente dupla para limpiar la piel y dejarla como nueva. ¡Toma nota!
Ingredientes
- Una cebolla
- 2 cucharadas de miel
- Medio vaso de agua
Preparación
- Pela la cebolla, y límpiala muy bien para retirar los gérmenes y bacterias de su superficie.
- Córtala en varios trozos e introdúcela en la licuadora junto al agua para convertirla en una especie de puré.
- Una vez listo, añádele la miel y remueve los dos ingredientes para mezclarlos bien.
- Procede entonces a aplicar el compuesto sobre tu rostro limpio. Extiéndelo sobre todas tus manchas e imperfecciones.
- Deja que el producto actúe durante unos 15 minutos y, pasado ese tiempo, retíralo enjuagando con abundante agua tibia.
- Pon en práctica este truco todas las noches y verás cómo las manchas se irán aclarando poco a poco.