Cada día, la sociedad va a avanzando en distintos ámbitos. Desde la tecnología, hasta cómo percibimos al otro y a uno mismo, donde temas que han cambiado desde el principio de la humanidad. Aquí también entran los prejuicios y estereotipos.
Y es que hasta hace solo unos años, y también ocurre en la actualidad, las personas se han criado con ciertos esterotipos que forman desde que son chicos. Desde los colores que son «para mujer» y «para hombre», hasta los juegos que pueden jugar cada uno.
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De hecho, si un niño juega más con las mujeres que con los hombres, es malamente llamado «afeminado» y lo mismo sucede al revés. Si una niña prefiere jugar a la pelota o a los autos en vez de a las muñecas, son «ahombradas».
Sin embargo, esto es solo un esterotipo por concepciones que nos han enseñado de generaciones anteriores. Aquí está el rol de los papás y de la sociedad en general, en cambiarlos y criar hijos libres de prejuicios.
¿Cómo criar hijos libres de prejuicios?
Y porque sabemos que no es una tarea fácil y muchas veces sin darnos cuenta, hacemos uso de los estereotipos, aquí te queremos dejar algunos consejos que entrega Erika Otero de familia.com.
En primer lugar, recomienda educarlo con igualdad. Muéstrale a tus hijos que todos somos diferentes. Y que justamente son esas diferencias las que nos distinguen de los demás y por ellas merecemos respeto.
También recomienda ser honesto y respetuoso al referirte a una persona. Especialmente si tu hijo o hija te pregunta sobre alguien, es importante que trates de no emitir prejuicios. Ten en cuenta que tus niños te ven como un ejemplo a seguir y tú eres la primera persona que les enseña en la vida.
Por ejemplo, si tu hijo te pregunta por el color de piel de otra persona, solo debes decir que es porque es de una raza distinta a la tuya. Siempre dando una respuesta desde el respeto y la tolerancia.
Por último, déjalo ser. Deja que elija los propios colores de su ropa, sus juguetes y también las actividades que quiera realizar. Nada es correcto o incorrecto, simplemente es. Los niños nos tienen mucho que enseñar y es importante que los escuchemos.