Queda menos de una semana de vacaciones y el temido retorno a clases y volver a la rutina para muchos padres significa tener que preocuparse de que sus hijos no se enfermen comenzando el año escolar. Las dietas poco saludables, el descanso entrecortado y una elevada exposición al sol pueden ser factores clave a la hora de sufrir alguna complicación.
Para que esto no les pase, es necesario tener un equilibrio correcto de las defensas de los niños y para esto no solo se necesita una buena alimentación, sino también el correcto funcionamiento de las defensas, para lo cual solo se deben modificar algunos hábitos adquiridos durante el periodo estival.
Te entregamos algunos consejos para que ayudes a mejorar el sistema inmune de tu hijo y así ambos puedan tener un mejor regreso a las aulas.
1- Hacer ejercicio: los ayuda a relacionarse, a asimilar mejor los valores del equipo y de la solidaridad. Entre los amplios beneficios favorece la conciliación del sueño por las noches, mejora el estado anímico, fortalece el estado cardiovascular, ayuda al control del peso y aumenta las defensas.
2- Pasar tiempo al aire libre: tomar sol de forma moderada es fundamental para que que el cuerpo asimile mejor la vitamina D.
3- Hábitos de higiene: lavarse las manos antes de comer y tras ir al baño y ventilar su cuarto, evitan en cierta medida los contagios.
4- Dormir al menos 7 horas diarias: muchas funciones reconstituyentes y reparadoras se realizan durante el sueño, que debe ser de unas 7 a 8 horas ininterrumpidas aproximadamente.
5- Fomentar el consumo de agua: estar bien hidratados es esencial para todas las funciones del cuerpo, incluyendo el sistema inmunológico. Deben tomar al menos de 6 a 8 de vasos de agua al día.
6- Alimentación, la base de una buena defensa: Este punto es el mayor desafío que tendrán puesto que a muchos de los niños no les gusta comer algunos alimentos, ya sea por su textura, color o sabor. Lo mejor es tratar de crear un menú balanceado para tener un estado energético en sus niveles normales. Para ello se debe tener en cuenta estas vitaminas:
Vitamina C: reduce la severidad de cuadros gripales. Algunos alimentos con este suplemento: kiwi, cítricos, melón, pimiento y tomate.
Vitamina A: contribuye a mantener las barreras mucosas. El hígado, los huevos, los lácteos y algunas frutas como cerezas y melón contienen un nivel alto del aditivo.
Vitamina E: aumenta la respuesta inmunológica. Está presente en aceite de germen de trigo, de soja, cereales, pan, arroz, pasta integral, aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos.
Estas mezcladas con carnes, pescados y mariscos ayudan a tener los niveles de hierro y vitamina B en su estado optimo.