Es un hecho. El horario de invierno llegó para todas las regiones de nuestro país, excepto la de Magallanes, que tendrá un horario único.
Sin embargo, son muchas las personas que se mantienen alerta por los posibles efectos que el cambio de hora pueda tener en, por ejemplo, el descanso.
La llegada del horario de invierno puede implicar trastornos en el sueño, los hábitos alimenticios y el estado de ánimo. Esto pueden derivar en un aumento del cansancio, la irritabilidad, la falta de concentración o estados depresivos que, de todas maneras, no deberían durar más de una semana.
Todo esto porque nuestro cerebro tiene un regulador horario que se orienta mediante la luz solar y nuestra rutina derivada de ello, activando un ciclo diario que afecta a los niveles de las hormonas: cortisol, de crecimiento, consolidación de la memoria adquirida y el resto de relojes internos, entre ellos el de la presión arterial, el ritmo cardiaco o los periodos de sueño y vigilia.
Según Francisco Flores, sicólogo y director de la ONG Mente Sana, cualquier cambio en nuestros hábitos requiere de un proceso de adaptación, con el objetivo de que el organismo logre incorporar estas modificaciones. «Estos cambios afectan de distinta manera de acuerdo a la edad de la persona, siendo los niños y los adultos mayores los que pudieran presentar mayores dificultades para este ajuste», explica.
El cambio de hora y la pareja
Al afectar el estado de ánimo de las personas, el cambio de hora puede interferir de esta manera, en las relaciones íntimas con la pareja, disminuyendo nuestra frecuencia. «El cansancio, que provoca somnolencia, cambios de ánimo, irritabilidad, mal humor, dificultad de atención, repercute a su vez en una disminución de la libido. Las personas pueden sentirse particularmente cansados para la actividad sexual», indica.
Considerando que los efectos son más sicológicos que orgánicos, a continuación te presentamos 10 consejos para enfrentar la llegada del horario de invierno de buena forma:
- Comenzar a hacer estos cambios en el sueño unos 3 ó 4 días antes del cambio de hora, de manera de estar más preparados para cuando se realice. Por ejemplo, acostarse 20 minutos antes de lo habitual
- Apagar la televisión más temprano de lo acostumbrado
- No utilizar celular, computador o tablet antes de acostarse porque tienen demasiada luz y alteran las pautas del sueño.
- No dormir la siesta durante unos días.
- No variar los hábitos alimenticios, evitando las comidas tardes y pesadas que son incompatibles con un descanso adecuado.
- Haz bien la digestión tras la cena; deja pasar al menos 2 horas antes de ir a dormir.
- Practicar ejercicio físico moderado, pero no inmediatamente antes de dormir.
- Evitar el consumo de alcohol, así como el de café y bebidas colas, a últimas horas de la tarde.
- Si los síntomas persisten más de una semana consultar con un especialista.
- Adaptar nuestra casa: bajan las temperaturas, hay menos horas de sol y es necesario acomodar nuestra casa al cambio de clima. Se acaba el otoño y el calor, y se debe pensar en la calefacción. Dejar las cortinas y persianas levantadas para airear nuestra casa durante el día, sobre todo dormitorios limpios, ventilados y ordenados.