Existe una situación que muchas veces pasa desapercibida en los padres, pero que afecta a los hijos. Estamos hablando de las discusiones de pareja.
Según los expertos, a veces se piensa que los niños no se dan cuenta de la tensión que hay en el hogar, pero lo cierto es que hasta los más pequeños se percatan y les afecta ver a sus padres discutir. Así lo explica el doctor Alfonso Correa, jefe de la Unidad de Psiquiatra Infantil de Clínica Alemana, quien sostiene que «algunas de las señales de alerta que se observan en los niños cuando están siendo afectados son irritabilidad, dejar de jugar, ansiedad, problemas de concentración, dormir o alimentarse mal. Otro signo es que toman un rol de adulto y se transforman en orientador de uno de los padres».
Entre las recomendaciones de los expertos destacan el:
- Estar consciente de que si la conversación se podría transformar en pelea, se debe sostener fuera de la casa o en un momento en el que no estén los niños.
- Estar atentos a discutir las menos veces posibles delante de los hijos y reconocer que se está frente a un conflicto y no tratar de falsearlo.
- No hacerlos partícipes de la discusión ni crear la necesidad de que escojan apoyar a uno de los padres.
¿Qué experiencias has vivido tú?