El árbol de Navidad es algo que todos los cristianos tienen presente en esta época del año pero que muy pocos sabemos bien de qué se trata y porqué lo armamos. Aquí te lo contamos.
Un poco de historia…
Cuenta la historia que alrededor del año 740, San Bonifacio –el evangelizador de Alemania e Inglaterra- derribó un roble que representaba al Dios Odín y lo reemplazó por un pino, el símbolo del amor eterno de Dios. Este árbol fue adornado con manzanas (que para los cristianos representan las tentaciones) y velas (que simbolizaban la luz del mundo y la gracia divina). Al ser una especie perenne, el pino es el símbolo de la vida eterna. Además, su forma de triángulo representa a la Santísima Trinidad.
En la Edad Media, esta costumbre se expandió en todo el viejo mundo y, luego de la conquista, llegó a América.
¿Qué significa cada adorno?
-Las pelotas. Representan los dones que Dios les da a los hombres. Las de color azul simbolizan el arrepentimiento; las rojas, las peticiones; las doradas, albanzas; y las plateadas, agradecimiento.
-La estrella. Ésta representa la fe que guía nuestra vida.
-Cintas. Simbolizan la unión familiar y la presencia de nuestras personas queridas alrededor de todos estos dones.
-Angelitos. Son los mensajeros entre nosotros y el cielo y son los encargados de protegernos, por eso no pueden faltar en tu árbol.
-Las luces. No importa el color o si se prenden y se apagan. Ellas tienen un sentido, y es el de iluminar nuestro camino en la fe.