Esto sí que fue una muestra de amor entre el conductor y su hijo mayor Nicolás de 19 años, quien disfrutó junto a su familia de unas paradisíacas vacaciones en Aruba antes de partir a Estados Unidos, donde actualmente estudia ingeniería y disfruta de una beca deportiva para jugar fúltbol. Por esa razón, antes de despedirse decidió simbolizar la unión que tiene con su padre a través de un tatuaje.
El diseño escogido fue «El Principito», con la frase “Lo esencial es invisible a los ojos”.
Una foto publicada por Fernando Solabarrieta (@fersolabarrietac) el
«Sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos»
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