Si eres de las personas que después de un largo y estresante día no se siente culpable y no logra manejar sus emociones negativas, tienes que leer de qué se trata el Kintsugi.
Y es que para evitar situaciones de estrés y de baja autoestima, podemos tener en cuenta las enseñanzas del Kintsugi japonés. Puede ayudarnos a sobreponernos a las adversidades y conseguir ser felices.
Según publica la revista Cosmopolitan, su creador, Ashikaga Yoshimasa, un comandante del ejército, envió a reparar a China dos tazones de cerámica y volvieron con grapas de metal, cosa que no le agradó porque perdieron todo su encanto. Buscó una nueva forma de reparación en artesanos japoneses y así nació el Kintsugi, que se ha convertido en todo un arte.
Esta técnica consiste en arreglar la cerámica con una mezcla de resina mezclada con polvo de oro, de forma que las grietas quedan cubiertas y a la vista.
Esta es la filosofía que podemos aplicar a nuestra vida. El Kintsugi valora la pieza, es decir a la persona en sí misma, y las fracturas doradas que embellecen a la cerámica, los errores y fallos que cometemos.
La resiliencia -la capacidad de recuperarse- de cada uno es algo de lo que sentirse orgulloso y no ocultarlo. Deberíamos aplicar esta técnica más a menudo, a veces los defectos son nuestras mayores virtudes.