- En tu cocina: Las especias, por muy naturales que sean, pierden sabor pasados los seis meses y se recomienda dejar de utilizarlas si llevan mucho tiempo abiertas. Asimismo, las harinas. Aunque hayan estado cerradas, no deben utilizarse si han pasado tres años.
- Zapatillas de deporte y pantuflas: Ambas tienen su límite. Si las zapatillas de deporte llevan más de un año siendo utilizadas a diario, hay que finiquitarlas. Pero no solo por su estado, sino que podrías descuidar tus pies a la hora de hacer ejercicio. Y con las pantuflas pasa más o menos lo mismo. Aguantan hasta los seis meses y no más.
- Lencería y sujetadores: La lencería debería renovarse con frecuencia y con ella tus sujetadores. Y es que la belleza no solo se lleva por fuera, ya que nunca deberíamos utilizar lencería pasados uno o dos años desde su adquisición.
- Almohadas y colchones: Las almohadas caducan y esto es algo que puedes notar por el tipo de descanso que empiezas a experimentar pasados los dos o tres años de tenerla. Cuando pierden la forma, es que han llegado a su fin. Y lo mismo ocurre con los colchones, solo que éstos pueden cambiarse pasados los 10 años.
- Productos para el pelo y cepillo de dientes: Los jabones y otros productos de baño tienen su fecha de caducidad, pero ésta no siempre está a la vista, por lo que hay que tener aún más precaución. Por su parte, será evidente cuando tu cepillo necesite ser reemplazado, aunque no es necesario llegar a ningún extremo. Lo sano es que se renueve cada tres meses o su función no será la más correcta.
- Toallas: Los gérmenes que acumulan las toallas no se van con la lavadora. Por lo tanto, hay que cambiarlas cada año, aun cuando las vayas lavando cada semana.
- Perfumes: Puede que no quieras acabar ese perfume que tanto te gusta y quieras reservarlo para ocasiones especiales. Sin embargo, hay que aprovechar y utilizarlo en el presente ya que, en este caso, pasados los dos o tres años el perfume comenzará a desvanecerse.