Lo primero que tenemos que tener en cuenta respecto a la piel es que no siempre «más es mejor», ya que todas las pieles son distintas. La piel de nuestro rostro y cuerpo se renueva de forma natural cada 28 días. Sin embargo, conforme al paso del tiempo y la poca hidratación, este período podría retrasarse.
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Si no se eliminan del todo las células muertas, la piel no puede oxigenarse adecuadamente ni absorber humedad y nutrientes y el resultado es una piel apagada.
Beneficios de la exfoliación
El proceso de exfoliación asegura la regeneración epidérmica, ya que elimina por completo las células muertas que quedan adheridas en la capa superficial de la piel, dejándola tersa y más permeable.
¿Cada cuánto debemos exfoliar nuestro rostro?
Es vital complementar la limpieza, hidratación y protección con una exfoliación semanal, para dar paso a una renovación celular de la dermis. Por eso, la piel seca debe exfoliarse una vez a la semana. Las pieles sensibles, cada diez días y probando antes en una pequeña zona del rostro poco visible (por ejemplo, tras las orejas). Las pieles grasas sin acné se pueden exfoliar una o dos veces por semana. Y, si la piel es muy fina, cada quince días.