¿Te preguntaste alguna vez si tu forma de enamorarte es saludable? Debes tener cuidado, porque existe la versión maléfica del amor.
En 1979 una psicóloga estadounidense llamada Dorothy Tennov decidió estudiar el enamoramiento y lanzó un libro en donde escribió cómo las personas lograban enfermarse de amor debido a la «locura emocional» que experimentaban. A esta enfermedad la llamó «Limerencia». Las teorías de esta mujer fueron muchas, por eso un año después de su muerte en el 2007, algunos de sus colaboradores decidieron estudiar casos clínicos que ayudaron a concluir que lo que ella había descubierto era cierto.
– Amor y Limerencia: Dos polos opuestos
Dentro de una relación amorosa se experimentan sentimientos intensos y reacciones iniciales, siendo la más común: La fascinación por la persona que te gusta. Esto permite que con el paso del tiempo florezca una relación estable, confiable y comprometida.
Pero por otro lado, en la Limerencia el amor se vuelve obsesivo y compulsivo. Los sentimientos por alguien son cada vez más intensos, destructivos y penetrantes, por lo que surge la dificultad de controlar la mayoría de los pensamientos y comportamientos. «Es un estado necesariamente negativo, problemático y discapacitante, con implicaciones clínicas.», señalaron estos doctores en su estudio «Love-Variant: A Model of Limerence.
– ¿Cómo detectarla?
El principal problema de este mal, es cuando la meta de querer ser amado se convierte en una obsesión y se hace lo imposible para tener al lado a la persona que se ama. Cuando esto pasa, además de presentarse problemas emocionales, se producen: Ansiedad, falta de aliento, malestar en el pecho, sudoración y dolores abdominales. Las personas se imaginan situaciones amorosas con el otro, buscan todo tipo de información sobre ell@s y amanecen y se duermen pensando en un plan perfecto para poder conquistarl@s.
¡Cuidado, no vayas a enfermarte de amor!