Las hormonas generadas al final del embarazo modifican el sistema cerebral encargado del placer, la motivación y el esfuerzo al facilitar la liberación de dopamina.
Y como resultado, se provoca que la madre ‘se enamore’ de su bebé, según un reciente estudio.
De acuerdo a los investigadores, tras el embarazo el bebé se convierte en el estímulo más llamativo, relevante y placentero.
De este modo, la madre inicia una serie de conductas, casi exclusivamente, dirigidas a promover y garantizar la supervivencia de la cría. Tal como ocurre en el reino animal.
Para el estudio, publicado por Science Direct, se analizaron datos de madres primerizas antes y después del embarazo.
Y los resultados arrojaron que el cerebro de la mujer efectivamente cambia durante el embarazo, provocando un ‘enamoramiento’ hacia su hijo/a.
‘Cuanto más cambiaba el cerebro durante el embarazo, mayor era el vínculo madre-hijo’, agregó la publicación, detallando que esos cambios son reducciones en el volumen de sustancia gris.
Al respecto, el estudio comprobó que las disminuciones de esa sustancia se mantienen en el tiempo, al menos dos años, según lo que se ha visto en las resonancias magnéticas de las madres.
Un dato que podría correlacionarse con el tiempo en que el niño empieza a ser más autónomo.