Tanto el ruido de los aviones como los ronquidos de tu pareja son dañinos, según se concluyó en un reciente estudio sobre contaminación acústica durante el sueño.
Y es que estos sonidos, cuando alcanzan los 35 decibelios, aumentan tu presión sanguínea instantáneamente, incrementando el riesgo de sufrir hipertensión.
La curiosa información nace de un análisis del Imperial College London sobre los efectos de la contaminación sonora en el sueño. La idea del estudio era descubrir cómo afecta el ruido de los aviones a quienes viven cerca de un aeropuerto.
Sin embargo, los expertos concluyeron que la clave de los efectos adversos no se encuentra en el origen del sonido, sino que en el nivel de decibelios.
Y tal como demostró el estudio, las consecuencias negativas comenzaron a manifestarse tras los 35 decibelios, lo que equivale a un ruido similar al de un avión en el aire, al tráfico de autos afuera de la casa o al de tu pareja roncando en tu cama. ¡Ojo ahí!