Uno de los accidentes frecuentes en esta época es el choque contra ventanales, que se produce de manera accidental, muchas veces por la distracción o el apuro de los niños.
Corresponde a un incidente que puede resultar mortal, ya que el vidrio más común (o “crudo”), al quebrarse por impacto, se fragmenta en trozos puntiagudos con bordes filosos, los que quedan como cuchillas que pueden rasgar e, incluso, atravesar la piel y otros tejidos.
Es por eso que elegir el tipo de vidrio que se necesita para cada espacio es clave. ¡Sigue estas recomendaciones para no fallar!
-Toda estructura de cristal que esté en una puerta, ventanal de corredera, ventanal de piso a suelo y vidrios adyacentes deben estar protegidos con un vidrio laminado, lo que significa que, en caso de rotura, los pedazos de vidrio quedarán adheridos y no significarán peligro para quienes están alrededor.
-El vidrio laminado es igual de frágil que un vidrio común, pero la diferencia está en que el quiebre es seguro. El vidrio que resiste 5 veces más es el templado, que también se considera un vidrio de seguridad.
-En ese sentido, el llamado es a informarse y evaluar los riesgos existentes en casa. «Una de las formas más fáciles es usar una moneda y golpear suavemente el vidrio. Si el sonido es cristalino, se trata de cristal crudo y, según su ubicación, se debe evaluar el cambio a vidrios laminados. Si el ruido que emite es más grave y despacio, se trata de un vidrio de seguridad”, comenta el Gerente Comercial de Vidrios Lirquen, Gonzalo Acevedo.
-Según la normativa chilena vigente NCh 135, que regula el uso de vidrio en arquitectura, existen las llamadas “zonas de riesgo”, las cuales deberían usar siempre vidrio de seguridad para evitar accidentes.