No, no estamos hablando sobre encontrar un trébol de cuatro hojas, sino que atraer a tu vida lo que quieras cultivando tu buena suerte.
Según publica la revista Cosmopolitan, la palabra suerte, que proviene del verbo latín serere (que significa engarzar, ligar), no es azar ni casualidad, sino una consecuencia, un resultado: todo resultado es producto de una acción, toda acción, está siempre generada por un pensamiento y todo pensamiento nace de nuestros esquemas mentales.
Es decir, el cómo piensas acerca de tu vida, tu realidad y tus posibilidades es lo que acaba generando en ti la buena o mala suerte. ¿No te has encontrado alguna vez con alguien a quien siempre le ocurren cosas positivas, y, al contrario, personas a las que sistemáticamente todo les va mal?
¿Cómo lograrlo?
Según la publicación y con la ayuda de un experto Pedro Riba hay, tres claves para que lleves a la práctica esta atracción. Lo primero, positivizar: «no me cansaré de repetir que sentirse afortunado es, sobre todo, una cuestión de actitud, de ver el vaso medio lleno en vez de vacío. Concéntrate en pensar de forma más positiva: busca el lado bueno de las cosas y la fortuna comenzará a llamar a tu puerta».
Segundo paso: limita tus preocupaciones: «pon coto al odio, limita el agobio por lo que no sale bien y destierra a la mala gente y las malas ideas».
Por último, e imprescindible, márcate nuevos objetivos: «Aprende a disfrutar de lo que tienes, pero a la vez imagina nuevas metas: incorporar nuevas personas a tu vida, cambiar de trabajo, de casa…». Piensa en ello y mira ese futuro como si ya fuera el presente. Créetelo y te acabará pasando.