Que los hombres y las mujeres tienen formas diferentes de entender una relación de pareja es evidente, y esa diferencia se hace aún más visible cuando se trata del comportamiento ante las relaciones sexuales.
Parece ser que los hombres siempre están dispuestos a mantener una relación sexual, lo que no sabemos es si se trata de una cuestión fisiológica o de que se sienten obligados socialmente a mantener ese estereotipo. Las mujeres, por el contario, sufrimos más altibajos en nuestro deseo sexual.
Cómo influye el ciclo menstrual en la pasión
Es cierto que a veces tenemos unas ganas tremendas de una buena sesión de sexo con nuestra pareja y otras veces no tenemos ganas de nada, y la mayoría de las veces no sabemos a qué se debe esas fluctuaciones en la pasión.
Lo cierto es que nuestro deseo sexual se ve condicionado por muchos factores tanto emocionales como fisiológicos.
Obviamente nuestro estado de ánimo resulta fundamental, pero si hay algo que determina nuestra pasión es el ciclo menstrual.
A lo largo de los 28 días que dura el ciclo menstrual se van produciendo en nuestro cuerpo determinados cambios hormonales que definen nuestras ganas de sexo.
En los días previos a la menstruación, momento en el que muchas mujeres sufren el temido síndrome premenstrual, y durante la menstruación parece ser que nuestro deseo disminuye, ya que nos sentimos más cansadas e incluso tristes.
En cambio, a medida que va aumentando la producción de estrógenos y nos acercamos al período más fértil recobramos la pasión.
Lo cierto es que hay teorías para todos los gustos en cómo afecta el ciclo menstrual al deseo de la mujer. Así, un estudio de la Universidad de California nos descubre que es cierto que el deseo sexual aumenta en los días fértiles, siempre y cuando la pareja sea sexualmente atractiva.
Como resulta que los tiempos del instinto animal han pasado y ya no elegimos a nuestra pareja por sus características sexuales, sino por las emocionales, el resultado es que la mayoría de las mujeres no desean un acercamiento sexual con su pareja estable en sus días fértiles por no considerarle suficientemente atractivo.