Siempre se ha dicho que nadie te enseña ser madre. La vida cambia completamente cuando llega un bebé a la vida de una mujer y, algunas veces, no se está del todo preparada para ese cambio.
El estrés se hace presente cuando se enfrentan todos los cuidados y preocupaciones que se debe tener con un bebé y es complejo desarrollar un comportamiento del apego, que según la teoría, es una necesidad fundamental de la esencia biológica, emocional y social en la relación madre/hijo.
Según explica el equipo docente de la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián, para lograr lo que propone la teoría, se debe comenzar a trabajar en el proceso de gestación “promoviendo y facilitando la vinculación intrauterina, la que seguirá nutriéndose en el puerperio y el resto de la vida, por lo tanto, el cuidado de la salud mental de la madre o figura de apego es fundamental”.
El postparto es un periodo de gran susceptibilidad para la reciente mamá, esto debido a alteraciones hormonales, pero también a las nuevas demandas, por ejemplo, lo que significa el cuidado a tiempo completo de un recién nacido y otros factores psicosociales que están también involucrados, explica la psiquiatra de la carrera de Medicina de la U. San Sebastián, Verónica Maturana.
“Existe un periodo postparto que se llama baby blue, que son más o menos los primeros 10 días post parto en que puede aumentar esta angustia e irritabilidad y eso en general en psiquiatría lo consideramos “normal”. Cuando estos síntomas perduran en el tiempo, es necesario estar alertas de una posible depresión postparto, porque ésta altera el vínculo con el bebé de diversas maneras y puede generar alteración en el apego. Ahí hay que consultar con un especialista en salud mental”, explica la académica de psiquiatría.
La experta reconoce que cuesta pedir ayuda ya que el rol social “no nos permite sentirnos mal como madre y esto tranca o dificulta una atención adecuada cuando es necesaria”. A lo que añade que en países donde no existe depresión postparto se debe a que se da un importante apoyo social y familiar. “Para que la madre pueda maternar es necesario redes de apoyo, es necesaria la tribu, ya sea de mujeres, amigos, familia. Necesitamos que nos cuiden para poder cuidar, necesitamos apoyo de manos amigas”, dice.