Tener una amplia diferencia de edad con la pareja aporta una mayor satisfacción para ambos a corto plazo, pero esta felicidad se desvanece con el tiempo. A esta conclusión llegó un estudio desarrollado por científicos de la Universidad de Colorado en Boulder (EE. UU.) y que recoge la revista «Journal of population economics».
Los investigadores analizaron 13 años de datos longitudinales de miles de hogares australianos, identificando un patrón entre infelicidad y matrimonios con diferencia de edad notable.
Los resultados también mostraron que estas parejas, en las que uno de los dos es bastante más joven que el otro, son menos resistentes frente a las recesiones económicas en relación con sus homólogos de similar edad.
Por su parte, el estudio confirmó que tanto hombres como mujeres, en la etapa inicial, demostraron mayor satisfacción marital al estar con una persona más joven.
«Encontramos que los hombres que están casados con esposas más jóvenes son los más satisfechos y los hombres que están casados con esposas mayores son los menos satisfechos. Las mujeres también están particularmente insatisfechas cuando están casadas con maridos mayores y particularmente satisfechas si están casadas con esposos más jóvenes«, aclara Terra McKinnish, coautora del trabajo.
Sin embargo, esta felicidad inicial no dura mucho tiempo, erosionándose en el transcurso de 6 a 10 de matrimonio.
«Con el tiempo, las personas que están casadas con un cónyuge mucho más viejo o más joven tienden a tener una mayor disminución en la felicidad, en comparación con aquellos que están casados con cónyuges de edad similar», señala McKinnish.