Si nunca ha sido común ver una Jirafa blanca, ahora después del fallecimiento de dos ejemplares…menos.
Lamentablemente se ha informado de la muerte de una jirafa blanca y su cría, a manos de cazadores furtivos en Kenia. Lo más probable es que haya sido para comercializar su piel o su carne.
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«Su asesinato es un golpe a los pasos dados por la comunidad para conservar especies raras y únicas y una llamada de atención para el apoyo constante de los esfuerzos de conservación», afirmó Mohammed Ahmednoor, gerente de Ishaqbini Hirola Community Conservancy en la localidad de Ijara, en donde vivían los animales.
Ambas jirafas poseían una extraña particularidad genética llamada ‘leucismo’, que inhibe la pigmentación en las células de la piel. A diferencia del albinismo, los animales con leucismo no dejan de producir pigmentos oscuros en sus tejidos blandos, por lo que no pierden la coloración de los ojos y otras partes corporales.
Tras la muerte de ambas jirafas, se supone que solo quedaría un ejemplar el mundo, un macho.
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