La historia que contaremos ahora de la princesa del pop podría haber tenido un final muy distinto y fatídico.
Sí, porque Britney Spears estuvo más cerca de la muerte que nunca en sus recientes vacaciones en Hawaii junto a sus hijos, ya que estuvo a punto de ahogarse mientras disfrutaba de una de las paradisíacas playas del famoso archipiélago.
¿Qué pasó? La cantante contó a BBC Radio 1 que fue arrastrada hacia el interior del océano por un oleaje de más de dos metros: «Fui al mar, parecía una piscina de olas, y pensé: Es tan agradable, refrescante y precioso. Pero no pensé en que las olas rompen con muchísima fuerza. Y me arrastraron hasta el fondo durante unos cinco minutos. Casi me ahogo».
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Nerviosa y bajo el agua, Britney pensó «¿Dónde están mis guardaespaldas? Van a dejarme morir aquí. Y después conseguí salir a la superficie y otra ola me volvió a llevar».
Afortunadamente, logró salir del agua y el que pudo ser un trágico suceso ahora solo es una anécdota.