Una de las actrices chilenas más aclamada por sus roles, ha sido Blanca Lewin, quien ha participado en teleseries como «La fiera», «Pampa ilusión» o «Lola». Sobre su carrera habló en el podcast ‘Impacto en el rostro’.
Y en el espacio habló de una de las emblemáticas teleseries de los 90 en la que participó: «Romané». La actriz confesó que su rol en la ficción fue complicado.
«Milenka fue un personaje tremendamente difícil. Recuerdo que no lo pasé tan bien en esa teleserie por eso, yo no estaba dando en el clavo. Además, el idioma me costó un montón, mucho más que el rapanui», relató, aludiendo a su otro rol en «Iorana».
«Creo que no tenía la madurez necesaria para entender a ese personaje, no entendía cómo era posible que permitiera estar en esa situación de violencia, de celos. Estuve súper conflictuada hasta ya bien avanzada la teleserie. Fue un personaje que no recuerdo bien como lo construí», explicó.
Lewin aseguró que no fue culpa del guión, sino que era un conflicto interno. «No le echo la culpa a eso, para nada. Era yo y mi conflicto. Al tener un personaje al que le había ido tan bien como a la Tato (en «La Fiera»), uno como actor dice: ‘ah, ya… soy bueno’. Al decir que eres bueno estás frito porque ahí te das cuenta lo malo que eras como actor (ríe). Lo que te funcionó una vez no necesariamente te funciona en otro personaje».
Sobre el rodaje, que fue en Mejillones, la intérprete recuerda que hubo varios inconvenientes.
Te puede interesar: Tomás Verdejo cuenta detalles de su vida tras «Los 80»
«Venía gente de todos los pueblos del norte que se cruzaba delante de las cámaras, era súper difícil grabar. Los directores le gritaban a la gente para que se movieran. Recuerdo que las escenas había que repetirlas mil veces, era todo hermoso, pero súper poco eficiente», relató.
Lewin también recordó el particular olor de sus ropas usadas para caracterizar a los gitanos.
«Recuerdo que andábamos hediondas, no había desodorante que aguantara ese olor que, además, no sabía que yo tenía (ríe). Uno se ponía esos trajes y empezaba una cosa terrible. Entonces todos esos prejuicios que uno tenia de las gitanas eran por la calidad de las telas (ríe). Era tremendo», concluyó.