¿Alguna vez escuchaste la frase «basada en hechos reales»? Pues bien una de las películas que estuvo recientemente nominada a los Oscar, «Lion», es uno de esos casos.
Pues bien, la historia real está centrada en Saroo Brierley, quien el 22 de mayo podría cumplir 36 años. No se sabe con exactitud su verdadera edad, pero esa fue la fecha en que fue encontrado por el orfanato donde se criaría.
El día que comenzó su travesía fue a la edad de 5 años, cuando con su hermano salieron a trabajar, pero el calor de la ciudad de Khandwa, en India, fue tal que se desmayó en la estación de trenes. Al despertarse y no ver a su hermano se subió al primer tren que había: «Pensé que mi hermano volvería por mí, pero cuando me desperté no lo vi por ningún sitio. Entonces vi un tren frente a mí y decidí subirme, esperando encontrar en él a mi hermano«, contó a la BBC.
Durante un tiempo, Saroo, que no entendía el dialecto bengalí de Calcuta, vivió en la casa de una familia junto a una adolescente local. Ante el temor de que se lo llevaran, huyó del hogar y, a los pocos días, el 22 de mayo de 1987 -su nuevo cumpleaños- fue inscrito en el orfanato de la zona, donde cientos de niños abandonados vivían en condiciones deplorables y bajo un régimen dictatorial.
Pero todo eso cambiaría cuando una familia australiana se interesó en él adoptándolo. Creció rodeado de amor, pero siempre tuvo la necesidad de encontrarse con su verdadera familia, oportunidad que revivió con la creación de Google Earth.
«Me sentía como Superman. Podía volar por encima de los paisajes y me preguntaba ¿este lugar se me hace familiar? Y me respondía no. Entonces seguía buscando y buscando», relató. De ese suceso pasaron 5 años, en los que Saroo comenzó la búsqueda de sus raíces.
En el 2012 fue cuando se decidió viajar a la ciudad india de Khandwa, para lo cual siempre contó con el apoyo de sus padres adoptivos, recordando su niñez llegó a una casa donde vivió pero no se encontraba su familia. Logró comunicarse con uno de los aldeanos que lo llevó hasta una anciana que primero lo miró, luego lo reconoció, y después, en estado de shock, lo acarició y lo abrazó. «Fue el momento más importante de mi vida», aseguró.
«La tierra parecía sufrir una especie de movimiento extraño», dijo Sue sobre ese momento. «Empecé a llorar, y ella me abrazó. Me dijo a través del traductor: Él es tu hijo ahora. Le doy mi hijo a usted. Permanecimos allí por un buen rato, sólo nosotros tres sosteniéndonos», recordó.